Federico Pinedo y Miguel Pichetto tampoco quieren que Cristina Kirchner intervenga en los acuerdos del Gobierno y los gobernadores y, para evitarlo, los aprobarán en el recinto el 30 de noviembre, último día de sesiones ordinarias.

El plan se gestó esta tarde en el despacho del presidente provisional, poco después que Pichetto anticipara que no aprobará la reforma laboral hasta que la CGT no vaya al Senado a defenderla.

Pinedo confía que la semana que viene el triunvirato asista a la reunión de Comisión de Trabajo y Previsión social, a cargo del pampeano Daniel Lovera. Y una semana después, el miércoles 6 de diciembre, podría aprobarla en el recinto, a sólo cuatro días de la llegada de los senadores electos.

El jueves la misma Comisión recibirá a gobernadores y a Rogelio Frigerio para exponer el pacto con los mandatarios y la ley de responsabilidad fiscal, enviada hace un mes.

También estará Jorge Triaca para exponer sobre la reforma previsional y la laboral, aunque sólo la primera tendría dictamen para sancionarse una semana más tarde. Es el tiempo que hay que esperar en el Senado para tratar un dictamen.

Con este plan, Cristina sólo podría debatir en diciembre la reforma tributaria y el presupuesto, que comenzarán a debatirse en Diputados.

Cuando era presidenta, cuestionó que la oposición no le sancionara el presupuesto de 2011 y el año pasado le pidió a Axel Kicillof aclarar que votaba en contra del presupuesto sólo si Cambiemos tenía los votos para aprobarlo. Tal vez su jefa diga lo mismo.